Elecciones 2012...

Soy la que cree que una persona no cambia el destino de un país. La que tiene la firme convicción que el voto es una responsabilidad y una obligación por parte de los ciudadanos.  Sin embargo, ser presidente de una nación no es cualquier cosa y como tal no podemos recargar dicha responsabilidad en los hombros de una persona que en su campaña dejo poco que desear y su capacidad se vio limitada. Quien prefirió la justificación a la violencia en lugar de una disculpa a los afectados.

No se trata de criticar, ofender; es la necesidad de estar indignados con lo que sucede frente a nosotros y no soportar la pasividad y el cinismo que transitan por nuestras calles.

Después de conocer los resultados preliminares, sentí ganas de llorar y lo hice. El llanto no estará ahí por mucho tiempo, lo aseguro, son más las ganas de querer salir adelante (todos juntos) y buscar un mejor presente; no me gusta el conformismo, nunca me ha gustado.

No pretendo que esto se convierta en una queja, ya hay suficientes en el diarismo. No me haré pasar por una víctima (del fraude, o algo parecido) ya que siempre he pensado que la victimización es un estado muy cómodo. No seguiré esa ruta que no nos lleva a ningún lado. Tampoco diré que es casualidad, azar o destino el responsable de nuestros problemas, los cuales son causales no casuales.

Ahora nuestra responsabilidad es hacer consciencia en nuestros círculos más cercanos y hacer ver que hay algo mejor; se dice que es más fácil apoyar un mal augurio que hacer ver todo lo bueno que existe.

Hasta que todos entendamos que nuestros presente no está en manos ajenas, que el futuro es un camino que construimos a través de nuestras acciones y decisiones, el voto, por ejemplo; hasta ese momento empezaremos a ser ciudadanos conscientes y dejaremos de lado ese individualismo, en el sentido de que este término genera egoísmo y aleja la colectividad.

La campana no sonó para todos, algunos continúan soñando, otros siguen dormidos.  Los que ya despertamos  quisiéramos que esto fuera un mal sueño.